El filósofo Jaime Cuenca desgrana la anatomía zombie, la metáfora como consumidor en seis puntos, basándose en la Zombie Survival Guide y en las reflexiones de Zygmunt Bauman sobre consumismo. En una analogía implacable demuestra las similitudes entre las reacciones de un consumidor contemporáneo y un zombie. El consumo voraz, compulsivo e inútil de carne fresca en los zombies se traduce en un consumo persistente de novedades motivado por la frustración constante que sustenta el sistema. La falta de conciencia zombie es en el consumidor una obligación internalizada al consumo. La no-muerte como el tedio del que se quiere evadir con el consumo y la falta de comunicación entre zombies también se da en el consumidor solitario ante su objeto de consumo.
Y citando a Bauman, habla Cuenca del consumo de lo otro, la alteridad, en un deseo por “lo otro” el zombie devora al vivo. Muy interesantes fueron también las aportaciones desde el público que con fracturas en la analogía no sólo no debilitaron el discurso de Cuenca sino que lo reforzaron aportando diferencias que redondeban lo aportado por él ya que como él mismo dijo, frente al zombie como lo natural e inamovible, el consumidor es un constructo social (por lo tanto modificable). Es una gran diferencia que da cabida a un discurso más posibilista. ¿Estamos totalmente vendidos en medio de la pandemia o hay posibilidades de generar brechas al sistema?
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