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Viento Sur
La autora elige el monólogo interior para abrirnos la puerta a la mente de Ecaterina y ser testigos de sus contradicciones, sus preguntas sin respuesta y su dolor. Esta técnica puede complicar la lectura en algunos momentos, pues no siempre es fácil seguir el hilo de su pensamiento. Pero hay algo que queda meridianamente claro: el atroz final de esta historia.
EFEminista
El impactante relato de una mujer que vive en la Rumanía de los años 80 y tiene un aborto clandestino es protagonista de Y se oía a los grillos cantar, una obra escrita en primera persona de la escritora Corina Sabău con la que hace una sesuda crítica al régimen comunista de Nicolae Ceausescu, que implantó un control exhaustivo sobre al cuerpo de las mujeres por medio de la natalidad.
La Lectura
El monólogo interno de Ecaterina es un enérgico alegato en pro de la dignidad de la mujer y contra el control de su cuerpo que rompe el tabú sobre los abortos clandestinos: «Tampoco mi sangre es solo mía: son las mujeres como yo, esas a las que no les importan las leyes, que se presentan desangrándose y pretenden que las salves».
Relibro
A través de capítulos cortos, pero tremendamente evocadores, Corina Sabău escribe el relato incómodo y descarnado de una mujer que sufrió lo que sufrieron muchas: violencia, incomprensión, desprecio…, y lo hace con las palabras justas y precisas, pero demoledoras.
Y se oía a los grillos cantar
La narradora y protagonista de Y se oía a los grillos cantar tiene aparentemente todo con lo que una mujer puede soñar en la Rumanía comunista de los años ochenta: un hogar, una familia y un puesto de responsabilidad en una fábrica que le permite acceder a los pequeños placeres cotidianos reservados a la clase media-alta en una sociedad que se dice sin clases. Cuando manifiesta su voluntad de abortar, la protagonista se ve enfrentada al vehemente rechazo no solo de su marido, sino del conjunto de una sociedad oprimida y opresora que hace reverberar a escala reducida la violencia biopolítica, de clase y de género que brota de la cima del Partido único.
Y se oía a los grillos cantar recibió una muy buena acogida por parte de público y crítica en Rumanía, llegando a ser finalista de Narrativa de la Unión de Escritores Rumanos (2019) y finalista de los Premios Observator Cultural en la categoría «Mejor obra en prosa» (2020) y consolidando a Sabāu como una de las voces más prometedoras de la joven narrativa rumana actual. Esta es una novela de una voz que reúne otras muchas (compañeras de fábrica, amigas, eslóganes de partido, jefes, padres, maridos, hijos, profesores, canciones, anuncios publicitarios...) en un contundente y estremecedor monólogo donde van entretejiéndose todas las tensiones y contradicciones de una sociedad que, al tiempo que proclama la liberación de mujeres y hombres, impide a las primeras disponer de su propio cuerpo.
«Una novela conmovedora e imprescindible para todas aquellas personas que se interesen por la historia reciente y la literatura contemporánea». —Grațiela Benga
«El texto es un sofisticadísimo mecanismo de producir empatía en cuyos brazos merece la pena dejarse caer durante su lectura». —Mihai Iovănel