El Correo, 22 de mayo de 1998
El umbral de la fábrica consonni... supone adentrarse en un mundo interactivo, irreal... una veintena de estudiantes y artistas internacionales protagonizan Ni carne ni pescado... donde se pretende experimentar diferentes situaciones a partir de la performance lo que permite a cada autor plantear sus preocupaciones y hacer participes de ellas al público y creadores.
Pasearse por la antigua factoría es como recorrer un mundo onírico, plagado de sueños tangibles donde la fantasía tiene nombres y apellidos.
El Correo, 22 de mayo de 1998