El trueque como sistema de comunicación y como alternativa a la publicidad

En el trabajo de investigación que estamos desarrollando en consonni en torno al concepto de producción, una de las claves que se repite constantemente es la importancia de la comunicación.

Esa Nickle, general manager de Performa (NYC), destacaba la importancia del marketing y la comunicación en la gestión cultural. Desde una perspectiva muy diferente el artista Michelle Masucci en Estocolmo nos destacaba como la comunicación acaba siendo la producción en si misma. Y eso nos lleva a recordar las reflexiones de Boris Groys en “Going Public” que habla de como es tan importante esa puesta en público, que ya no sólo se trata de la obra de arte lo que se promociona sino que el/la propia artista se convierte en la pieza en sí. También el economista y pastelero Josep María Busqueta nos hablaba en Barcelona de como la producción se conforma de producción y reproducción de relaciones sociales.

En este panorama de exposición pública constante, un debate que acontece mucho en consonni es el de como posicionarnos ante la publicidad. Y no sólo eso, analizar los momentos en los que aparecer, desaparecer, camuflarnos, exhibirnos... son debates constantes. Como política general, decidimos generalmente no invertir recursos en anuncios publicitarios (aunque sí usamos mailings de pago para difundir actividades). Procuramos presentarnos públicamente a través del discurso y el debate (en charlas, debates y coloquios), generando noticias a través de la realización de proyectos, a través de la ejecución de los mismos que ya son de exposición pública y utilizando nuestra web y las llamadas redes sociales así como con la utilización de nuestro local en el barrio de Bilbao La vieja. Además de los muchos momentos sociales informales del mundo de la cultura.

A esto hay que añadir otra situación muy interesante. Es la del intercambio, el trueque. Hace unas semanas recibimos en la oficina la llamada del festival de teatro y danza BAD, para ofrecernos un espacio de publicidad en su catálogo. Le explicamos que no solemos invertir recursos en ello. Pero es que la propuesta era otra. Se trataba de un trueque. Qué queriamos ofrecer. Y hacemos algo que ya solemos hacer de todas formas cada año: difundir su programación a través de nuestras redes sociales, acudir a sus actividades.

Aprovechamos precisamente estas circunstancias para ampliar la reflexión sobre estas fórmulas que a veces se hacen de manera más informal. Pero que sin duda marcan otra manera de trabajo que no pasa por el intercambio monetario. Una práctica habitual en la producción cultural. Intercambios y trueques constantes con muchos cómplices bien distintos: desde IASPIS, SKOR, Amasté, Bulegoak ZG, anti-, Nontzeberri, Múltiplos, Zaramari, Sarean, Recreados, Hiri Kolektiboa... por nombrar sólo algunos recientes casos. Además de artistas y profesionales con quienes hemos colaborado y conocemos (Virginia, Saioa, María, Iratxe & Klaas, Ibon, Alicia, Asier, Alain, Itziar, Arantxa, Maria, Miren, Alhena, Santi, Peio, Marti, Jaime, Leire, Fernando, Gabriel entre otra muuucha gente). Aquell*s que de manera automática, nos vienen a la cabeza y nos hacen recordar momentos de intercambio de informaciones, referencias, conocimientos, contactos, cafés y números de telefonos o mails.

Buscar formulas de no sólo transmitir tus propias actividades sino también aquellas que otr*s cómplices desarrollan, nombrando un*s a otr*s en textos y conferencias, intercambiando banners, recomendando trabajos, poniendo en contacto a diferentes profesionales... Propuestas formales e informales, muy estructuradas o espontaneas. Crear por tanto una red de transmisión de conocimiento. El boca a boca contemporanizado. El trueque como sistema de comunicación y como alternativa a la publicidad. La sinergia frente a la competitividad en las prácticas culturales. Algo que se viene haciendo mucho antes de la violenta irrumpción de la famosa crisis o estafa en el panorama económico y social. La falta de recursos en el arte, es una constante que provoca reflexiones y agitaciones sobre las formas de producción y reproducción. Es además la producción de relaciones sociales y por tanto la comunicación parte fundamental de la actividad. Y muchas veces, incluso demasiado, esa presentación pública, la representación, la transmisión como parte esencial (y estresante como la que más) del trabajo realizado. Porque al final lo que queda siempre es el relato.

 

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