El Mundo, 25 octubre 2000
Desde el Sofá para leer a Maquiavelo, hasta la creación del pueblo libre de Evialville, los planteamientos de Joep van Lieshout son una autentica sorpresa para el público y las instituciones del arte contemporáneo. Arquitectura radical, urbanismo humanista, planteamientos autócratas y la convicción de que las formas no son decisiones estilísticas, sino resultado del concepto son elementos que alimentan su trabajo.
El autor holandés ha reconvertido su dinámica de actuaciones en una estructura empresarial... se trata de Atelier van Lieshout, un colectivo de 22 personas que utilizan las contradicciones y el funcionamiento del sistema social para plantear unos contenidos artísticos que superan la representación y los lugares habituales de exposición del arte.
El autor presentó ayer en Arteleku el proyecto a desarrollar por los integrantes del curso. Nueve jóvenes autores, críticos o comisarios, muchos de ellos extranjeros, que se trasladaron ayer hasta Zarautz, donde deberán organizar hoy una cena para todos ellos, en la que deberán estar invitadas personas del pueblo y algunas de sus personalidades más representativas. Ninguno podrá asumir los gastos del evento, lo que significa que deberán encontrar quien ceda su espacio y que alguien facilite la comida. En definitiva, tendrán que intervenir en un espacio determinado y en un tiempo delimitado y alterar su funcionamiento natural hasta conseguir sus objetivos. Una ardua labor de convencimiento que responde plenamente al planteamiento del trabajo de Atelier van Lieshout.
El Atelier es conocido también por sus actividades irreverantes e irónicas con el orden establecido, incluso en los encargos que reciben de las grandes instituciones del arte. Así, en la última Expo de Hannover, tras recibir la propuesta de intervenir con uno de sus espacios radicales, optó por montar una carpa dedicada a la venta de alcohol, el asado de grandes comidas y el comercio de armas, elementos expresamente prohíbidos en el recinto.
El Mundo, 25 octubre 2000