Esta publicación examina el boom del arte de Los Ángeles impulsado por los programas de graduados de alto perfil a finales de la década de 1990. Sondeando la superficie de los términos críticos en boga, Chris Kraus realiza una brillante crónica de cómo la ciudad de Los Ángeles se transformó, de repente, en el epicentro del mundo del arte internacional y en un microcosmos de la cultura más amplia.