Olaf Breuning (Suiza, 1970) es más que un artista contemporáneo. Rebosa ironía en su trabajo y ampara desde instalaciones, pasando por vídeos y performances. Sus referencias son múltiples: anuncios de TV, música contemporánea, cine de terror y ciencia-ficción y todos los iconos de consumo que nos rodean. Con un lenguaje fuertemente codificado y unos personajes algo bizarros, Olaf nos muestra un mundo adicto a las imágenes: “mis imágenes deben poder competir con los productos de los medios de comunicación”.